Prólogo

          Tengo el placer de prologar esta obra de Simón Pobes Bailo, donde el lector, anticipo ya una primera conclusión, encontrará excelentes reflexiones y sistematizaciones de una materia, en principio tan ajena al Derecho, como es la matemática financiera.

Resulta evidente que hoy el jurista, a la hora de realizar su función, debe regirse, por supuesto, por el conocimiento, competencias y habilidades propias y específicas de este saber. Pero no sólo eso, en muchas ocasiones -según la realidad que se analice- el profesional jurídico necesita poseer y manejar otro tipo de conocimientos que, aun siendo ajenos en principio a su rama científica, le permiten modelar y encontrar la adecuada respuesta. Un ejemplo evidente (tal y como sucede notoriamente, con la psiquiatría forense en el mundo del derecho penal) es la matemática financiera. Materia de marcado carácter instrumental al servicio de los aspectos empresariales del Derecho, de la que, cada vez más, se presenta como un saber imprescindible. Resulta difícil imaginar el trabajo diario de un Notario, de un Inspector de Hacienda o de un Interventor, sin el manejo de los conocimientos matemáticos comerciales y financieros. Es más, puede afirmarse que en el quehacer diario de estas actividades públicas, así como de la asesoría privada, los conocimientos matemático-financieros son la pieza esencial para abordar el adecuado conocimiento de los elementos fácticos y resolver el hipotético problema jurídico.

Sin embargo, este conocimiento quizá por el propio modelo y estructura de los actuales planes de estudio no se visualiza en los actuales planes de estudios de Derecho, donde prima la formación más específica del jurista. Y en este contexto es donde radica la principal virtud del libro que se prologa. Una monografía redactada con esmero y precisión por quien ha hecho de esta materia un instrumento básico de su ejercicio profesional. Y es que Simón Pobes ha pertenecido a los cuerpos de Corredores de Comercio y Único de Notarios, y desde su aquilatada experiencia -con el ritmo pausado y meticuloso en la concreta redacción una vez alcanzado su estado de profesional jubilado- nos ha presentado un trabajo que, a juicio de quien suscribe, no sólo cubre una evidente laguna en nuestra literatura jurídica, sino que aspira a convertirse en una obra de referencia para cualquier profesional del mundo jurídico, en sus diversas facetas, que debe acercarse al complicado mundo de la matemática financiera.

Estamos en presencia de un libro de gran calidad propedéutica que, además, conjuga magistralmente la visión jurídica y el enfoque específico de las matemáticas, acreditando la complementariedad de ambas disciplinas. Aquí radica su principal virtud.

El estudio se articula en tres partes. Una primera, que podríamos calificar de introductoria-instrumental, donde se abordan nociones generales de las matemáticas. La segunda parte se dedica al cálculo comercial analizando tanto los problemas específicos de la medida numérica en los objetos de contratación como los cálculos relativos a las distintas operaciones de crédito. La última parte estudia las cuestiones propias de la denominada Matemática Financiera, con especial atención al arrendamiento financiero, la hipoteca inversa y al tipo de interés efectivo actual, cuestiones de incidenda diaria en el quehacer del jurista que actúa en las relaciones de tipo económico-empresarial. Una sistematización aparentemente clásica en la que, lejos de lo que pudiera inicialmente pensarse, el lector descubrirá la evidente complementariedad de dos saberes tan en principio distantes.

En suma, nos encontramos ante un trabajo completo, de contrastada madurez, bien sistematizado y redactado y de gran valor práctico. Una obra que nos muestra nosólo la gran capacidad del autor sino -y esto es más importante- su capacidad de trasladar lo abstracto a lo concreto, de forma sencilla y muy útil, favoreciendo, con su excelente didáctica, la comprensión de las matemáticas en su implicación con el quehacer del jurista. Es, por lo demás, un libro que refleja experiencias, ofrece soluciones y, sobre todo, acredita virtudes propias de un gran intelectual que -en un ejemplo de clara vocación muy ilustrativa delo que puede ser el tiempo de jubilación- nos ofrece una dimensión práctica y rigurosa de las matemáticas para el jurista.

Una obra de la que, en mi condición de Decano de la Facultad de Derecho de Zaragoza, me felicito, pues deberá servir para contribuir a la mejor formación de estudiantes y aplicadores del Derecho y, por ende, a contribuir a una mejor resolución de los problemas y conflictos propios de la actuación económica, de indudable interés en un mundo cada vez más globalizado, donde los conocimientos exigen más una visión complementaria con otras ramas del saben.

En Zaragoza, a 1 de diciembre de 2009

José María GIMENO FELIÚ

Decano Facultad Derecho de Zaragoza